Los síntomas que padecían estos niños eran: deterioro de los sentidos de la vista y el oído, ataxia (falta de coordinación muscular), alteración de sensibilidad en las extremidades... y en los peores casos, parálisis cerebral y muerte.
Sin embargo, las madres no presentaban ningún síntoma.
Finalmente, se descubrió que todo esto tenía su origen en la contaminación de metilmercurio de los peces y mariscos de la bahía, y la causa fueron los vertidos procedentes de la empresa petroquímica Chisso.
El vídeo que se muestra a continuación, trata este tema y además podemos ver las consecuencias que aún tiene en la actualidad para los afectados.
Para más información, consulte: 1
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