También causa hiperemia del lado afectado y anhidrosis (ausencia o deficiencia de sudoración). Si su causa es congénita, el iris presenta un tono azul-grisáceo.
Se suele diagnosticar en función de la clínica, junto con otras pruebas para detectar la causa, como: un TAC, un análisis neurológico, oftalmológico...
Debido a que generalemente su causa es secundaria (enfermedad de Lyme, síndrome de Wallenberg...) el tratamiento se basa en detectar esta y aplicar el tratamiento correspondiente. Sin embargo, si la causa es congénita, no existe tratamiento.
Para más información, consulte los enlaces: 1 y 2 (caso clínico).
No hay comentarios:
Publicar un comentario